TENERIFE: PUNTO DE PARTIDA Y ALMA DEL PROYECTO
Tenerife es el corazón del viaje y el lugar donde nace nuestra Moving Board. Aquí el surf es identidad, comunidad y paisaje: desde los fondos volcánicos de La Caleta del Interián y la energía de la Playa del Socorro, hasta los picos técnicos de Las Palmeras y la fuerza del norte en Punta del Hidalgo. En la isla, el deporte y la sostenibilidad conviven con una cultura oceánica que entiende el mar como hogar y responsabilidad. Por eso iniciamos aquí nuestras limpiezas, talleres con colegios y acciones de sensibilización: para que cada ola transporte un mensaje y cada sesión deje la playa mejor de lo que la encontramos.
PORTUGAL: NAZARÉ Y PENICHE, LA CATEDRAL DEL ATLÁNTICO
Portugal late en clave de sal. Peniche, con su tradición marinera, ofrece variedad de vientos y picos que atraen a surfistas de todo el mundo; y Nazaré, símbolo de olas gigantes, nos recuerda el respeto que debemos a la naturaleza. En estos destinos la cultura local —pesca, gastronomía, artesanía— se entrelaza con una escena surf sólida. Aquí activamos limpiezas de colillas en paseos marítimos y arenales, junto con charlas sobre consumo responsable y economía de proximidad, conectando a comercios, escuelas de surf y vecinos en una misma causa.
PAÍS VASCO: MUNDAKA, LA IZQUIERDA QUE EDUCA
Mundaka es más que una ola perfecta: es un aula abierta sobre paciencia, cuidado del entorno y convivencia en el agua. La ría, las mareas y el equilibrio del banco de arena enseñan que el ecosistema es frágil y que cada gesto suma o resta. En esta parada trabajamos con la comunidad local para promover buenas prácticas: acceso y salidas respetuosas, control del ruido, reducción de plásticos en bares y escuelas, y medición del impacto de nuestras acciones para aprender y mejorar.
GALICIA: PANTÍN, EL ESPÍRITU COMPETITIVO CONSCIENTE
Pantín combina tradición competitiva y naturaleza indomable. Aquí, el surf demuestra que puede convivir con la conservación si se planifica con sensibilidad: aparcamientos ordenados, señalización de áreas sensibles, puntos de reciclaje y apoyo al comercio local. Nuestra propuesta se centra en jornadas de limpieza relámpago, puntos de recogida de colillas en chiringuitos y campañas visuales para que cada persona que llegue a la playa comprenda su papel como guardiana del mar.
FRANCIA: HOSSEGOR, POTENCIA Y RESPONSABILIDAD
Hossegor es sinónimo de beach breaks intensos y cultura surf consolidada. Precisamente por su popularidad, es un lugar clave para hablar de masificación, movilidad y huella de carbono. Aquí fomentamos el carpooling entre surfistas, el uso de bicicletas para moverse entre picos y la reparación del equipo como primera opción. También impulsamos acuerdos con negocios locales para ofrecer descuentos a quienes presenten bolsas de residuos recogidos en playa: premiar la acción inmediata y visible.
ALEMANIA: MÚNICH (EISBACHWELLE), SURF URBANO CON CRITERIO
El Eisbach nos muestra que el surf no solo pertenece a la costa: la cultura de la ola urbana abre nuevas conversaciones sobre agua, ciudad y sostenibilidad. En Múnich proponemos talleres sobre microplásticos y fibras, lavado responsable de neoprenos y textiles, y diseño circular de accesorios (leashes, pads, fundas). El objetivo es demostrar que el cuidado del océano empieza en casa: en la lavadora, en la tienda del barrio y en cómo nos movemos por la ciudad.
INGLATERRA: CORNWALL (PRAA SANDS), COMUNIDAD Y COSTA VIVA
En Cornwall el surf dialoga con senderos costeros, historia minera y un paisaje que invita a la contemplación. Es un destino ideal para reforzar el vínculo entre turismo responsable y protección del litoral: rutas a pie en lugar de trayectos cortos en coche, botellas reutilizables, comida local y respeto por fauna y flora. Nuestras acciones incluyen señalética temporal con mensajes claros (“recoge tres”, “cero colillas”, “senderos marcados”), y encuentros con escuelas para integrar módulos de sostenibilidad en las clases.
ACCIÓN LOCAL EN CADA DESTINO: LIMPIEZAS, TALLERES Y DATOS
Nuestro paso por cada lugar deja un rastro medible y compartible: cantidad de residuos retirados (especialmente colillas), número de voluntarios, comercios adheridos y materiales educativos distribuidos. Además, creamos una Moving Board vinculada a cada costa, como símbolo de transformación y pertenencia. Cada tabla incorpora un localizador para seguir la travesía y convertirla en una narrativa que inspira a más personas a sumarse. Los datos se publican en el blog y redes para que la comunidad vea el impacto en tiempo real y pueda replicar las acciones.
CÓMO SELECCIONAMOS LOS DESTINOS
Los destinos se eligen por tres ejes: cultura (identidad local, comunidad y tradición surf), olas (calidad, diversidad, seguridad) y conciencia (disposición a colaborar, proyectos ambientales existentes y potencial de mejora). También valoramos accesibilidad, temporada y capacidad de acogida para evitar presiones innecesarias en ecosistemas sensibles. Si las condiciones cambian, ajustamos la ruta: la sostenibilidad va primero, el itinerario después.
QUÉ NOS LLEVAMOS Y QUÉ DEJAMOS
De cada parada nos llevamos historias, alianzas y aprendizajes. Dejamos playas más limpias, recursos educativos, datos abiertos y una comunidad conectada. Impulsamos compromisos sencillos —ceniceros portátiles en chiringuitos, puntos de recogida de colillas, descuentos por limpieza, clases con módulo “cero residuos”— para que el efecto continúe cuando nos vamos. Porque la ola de cambio no termina en la orilla: migra, se contagia y regresa multiplicada.
UN MAPA DE OLAS Y VALORES
“Los destinos de Surfing With Me” son mucho más que una lista de playas famosas. Son un mapa de valores compartidos: respeto, cooperación, curiosidad y acción. En cada lugar conectamos deporte y cuidado, disfrute y responsabilidad, cultura y futuro. Y en cada sesión recordamos la idea que nos guía: si te mueves tú, se mueve el planeta. Nuestro viaje es circular —como la economía que defendemos— y cada destino es un punto de encuentro donde la tabla, la comunidad y el océano hablan el mismo idioma.

